Autor: Okano Yuu
Traducción y Edición al Español: BlackCyan

Capítulo 1: Una Comprensión de la Situación y Evolución Existencial

Me encontré en una pérdida completa. Mi primer pensamiento—"¿Qué debería estar haciendo?"

Para empezar, sería justo decir que definitivamente me había comido el Dragón. Incluso si estuviera vivo en una forma algo no humana, supongo que debería estar agradecido.

Bueno, no. No podía estar seguro—¿estaba vivo en primer lugar? Los Esqueletos eran un tipo de monstruo no-muerto, criaturas que ya han muerto una vez. Como tal, sería fácil para los obispos y sacerdotes de la iglesia exorcizarlos con una simple magia purificadora. En todo caso, eran monstruos excepcionalmente débiles.

La explicación detrás de Esqueletos siendo purificados era simple: al ser un saco de huesos caminante, eran criaturas surgidas contra la lógica divina de los dioses. Otras explicaciones incluyen las más simples "están muertos, y como tal no pueden existir en este mundo". Sucinto, pero cierto. Este continuo desafío a las reglas divinas de la vida y la muerte fue aparentemente la razón principal de su debilidad para dicha magia.

Personalmente, no tenía idea si algo de esto contenía agua, debido al hecho de que yo no era obispo o sacerdote en primer lugar. Sin embargo, el argumento general para ello parecía sólido, y para mí en este momento, era una pieza de importancia crítica de información.

En pocas palabras, si tuviera que ampliar esa lógica, definitivamente estaba muy, muy muerto. Más exactamente, yo estaba existiendo en el mundo como una pila de huesos muertos. Esto era algo realmente muy malo.

Como mencioné hace un tiempo, el hecho de que un ser muerto continuara existiendo aparentemente hacía alarde de algunas severas leyes de la naturaleza divina. Si simplemente fuera a caminar de regreso a la ciudad y entrar en una taberna como si nada hubiera pasado, no terminaría bien. No importaba cuánto fuera a decir que yo era Rentt Faina, algún sacerdote malvado que pasaba todo el tiempo en la taberna de la mañana a la noche podría tener una oportunidad de verme y luego se deshacería de mí con su bastón. Si esto llegara a suceder, mi existencia simplemente sería borrada. Esto era algo que definitivamente quería evitar.

Tales eran los huesos de la situación. En el lado positivo, todavía estaba vivo. Incluso si tuviera que existir como un Esqueleto y desafiar las leyes de la vida y la muerte, en lo que a mí respecta, mi conciencia estaba intacta; todavía estaba muy vivo. Esta era precisamente la razón por la que no podía simplemente regresar a la ciudad y suicidarme sin cuidado.

Bueno, entonces, ¿qué debería hacer? Esa era la pregunta candente.

Este era el Laberinto de la Luna Reflejada; los aventureros ciertamente harían su camino al laberinto como siempre lo habían hecho, matando alegremente a los monstruos que encontraban en el camino. Incluso para un laberinto relativamente orientado a principiantes poblado por monstruos más débiles, los aventureros más fuertes que yo a menudo se abrían paso aquí. Si apareciera ante tales individuos, ciertamente sería asesinado—para siempre, esta vez.

Lo que sea, entonces, ¿qué debería hacer...?

Mientras continuaba pensando, algunas líneas de pensamiento se conectaron en mi mente:

Tal vez era seguro suponer que ahora era un monstruo de algún tipo. Había un cierto aspecto misterioso para los monstruos: los monstruos más viejos y más experimentados tendían a evolucionar hacia versiones más poderosas de sí mismos. Este fenómeno se conoce comúnmente como "Evolución Existencial".

Aunque no estaba absolutamente seguro de si era un monstruo para empezar, parecía ser una especie de Esqueleto andante de un solo vistazo. Si ese fuera realmente el caso, entonces, ¿este concepto no se aplicaría también a mí?

—Me refiero a todo el asunto de la "Evolución Existencial". Después de todo, tener conocimiento de los monstruos era una especie de requisito ocupacional para los aventureros. Si la memoria no me falla, los Esqueletos podrían evolucionar aparentemente en Ghouls carnívoros—al menos, eso era lo que recordaba haber leído en un libro sobre monstruos hace algún tiempo.

Aunque los Ghouls también eran un tipo de monstruo no-muerto, y por lo tanto también iban en contra de las leyes divinas que rigen la vida y la muerte, al menos tenían una apariencia más humanoide que la de un Esqueleto. Podrido y seco, aunque sea, un Ghoul incluso tenía carne. Con una túnica y una máscara, podría pasar por un humano—esos eran mis pensamientos sobre el asunto.

Si hiciera eso, sería capaz de colarme en la ciudad sin problemas, y finalmente tendría la oportunidad de explicarles la naturaleza de esta situación a mis amigos y compatriotas. Estaba, por supuesto, muy consciente de la naturaleza absurda de mi plan. En todo caso, no estaba muy bien pensado; aunque esto era todo en lo que tenía que trabajar en este punto.

Tomé una decisión—

Intentaré apuntar de alguna manera a esta Evolución Existencial. Yo, Rentt Faina, evolucionaría en un Ghoul en el Laberinto de la Luna Reflejada.

◆◇◆◇◆

La Evolución Existencial de Esqueleto a Ghoul era lo primero que tenía que abordar. Aunque ya había decidido ese curso de acción, no estaba seguro del alcance de mis habilidades de combate. Solo era un aventurero de clase Bronce de bajo rango que estaba cerca de los peldaños inferiores del gremio. Sin embargo, me fue mejor que los aventureros de clase Hierro, que eran los más nuevos de los nuevos. Si tuviera que declarar objetivamente mi destreza en combate, diría que derrotar a uno o dos Goblins y Esqueletos era factible, y dentro de los límites seguros. Podría hacer al menos eso—

Aunque probablemente no salga ileso.

Si hubiera tres o más enemigos, quizás sería un poco más difícil, pero aún así sería capaz de ganar, de alguna manera. Si hubiera cuatro o más enemigos, definitivamente correría; si hubiera cinco, estaría acabado. Así era como se veía en este punto del tiempo.

Sin embargo, no sería justo llamarme débil. Al principio no tenía mucho que decir al respecto, habiendo comenzado mi viaje como aventurero hace solo una década. Pero he estado entrenando duro durante casi 20 años. De hecho, realmente me gustaría algo de empatía aquí—había entrenado durante todo ese tiempo, pero solo podía hacer esto.

Si alguien preguntara por qué había pasado tanto tiempo y esfuerzo entrenando, solo para no tener mucho que mostrar, la respuesta era muy simple: no tenía suficientes reservas de maná, espíritu o divinidad. Además, no tenía muchas de las habilidades necesarias para controlar adecuadamente mis ya exiguas reservas de poder. Se podría decir que este era un problema más que fatal para cualquier aventurero incipiente.

Francamente hablando, realmente apreciaría algunos elogios por haber llegado hasta aquí.

Supongo que no he explicado qué es la magia, el espíritu o la divinidad. Hablemos sobre la naturaleza del maná, para comenzar.
El maná es un requisito previo necesario para el lanzamiento de hechizos mágicos—la fuente de la misteriosa energía mágica con la que raramente nacen algunos individuos. Por decirlo de forma simple, aquellos bendecidos con maná al nacer pueden conjurar llamas y viento sin el uso de herramientas, para hacer que el agua fluya libremente de la nada, y para persuadir a la tierra para que se mueva bajo sus pies. En más de un sentido, la magia es una habilidad muy conveniente.

Aunque las proporciones difieren entre las diversas razas de seres conscientes que poblaron estas tierras, una en aproximadamente cada 50 humanos nació con maná en su ser. Este no era un número pequeño.

Sin embargo, aquellos con suficiente maná y aptitud para convertirse en magos exitosos eran de uno por cada mil—tal era la rareza de esta bendición. Mientras el usuario posea una cierta cantidad de maná, los hechizos simples como la venerable bola de fuego Foteia Borivaas o la flecha de tierra Gie Vieros podrían lanzarse sin demasiados problemas. Sin embargo, para avanzar más allá de los hechizos de ataque rudimentarios, uno requeriría la combinación antes mencionada de maná y aptitud, que estaba disponible solo para uno de cada mil humanos en promedio.

Quizás valga la pena mencionar que, si bien tenía algunas reservas de maná al nacer, eran patéticamente bajas—apenas una fracción de lo que uno necesitaría para convertirse en un poderoso mago. Después de todo, no había podido lanzar hechizos de ataque de bajo nivel a pesar de mis largos períodos de entrenamiento. Mi falta de talento en este campo era dolorosamente evidente.

Podría, sin embargo, conjurar agua para beber y ascuas para encender fogatas. Por eso, estaba agradecido, incluso si dichas bendiciones eran pequeñas. Sin embargo, era extremadamente lamentable que no pudiera usar la magia en el combate.

Una explicación de espíritu quizás sería lo siguiente. A menudo referido por una plétora de otros nombres, como "Chakra" o "Prana", espíritu es la fuerza vital de todos los seres vivos.

A diferencia de la magia, espíritu es la raíz de toda la vida, y como tal estaba disponible para todas las personas que viven. Si uno fuera a usarlo bien, podría fortalecer su propio cuerpo, aumentar sus ataques e incluso obtener una resistencia muy superior a la de un humano promedio. Sin embargo, como la mayoría de las personas inconscientemente usan espíritu como un medio para mantenerse con vida, pocos se dan cuenta de su verdadero potencial.

Por otro lado, incluso si uno fuera consciente del propio espíritu, se requeriría una cantidad significativa de entrenamiento para usarlo adecuadamente, además de requerir una aptitud natural para canalizar la propia fuerza de vida.

En mi caso, no tenía suficiente control sobre mis reservas espirituales para realmente utilizarlo efectivamente, a pesar de que había tomado conciencia de su existencia. Pero aun así, se me ocurrió la capacidad de amplificar la fuerza de un único ataque en 1.5 veces, una vez en un solo día—personalmente, consideré esa habilidad como mi carta de triunfo. Aunque el ataque aumentado contenía una cantidad significativa de fuerza, ciertamente sería visto como un juego de niños para un verdadero practicante de las artes espirituales.

Por último, pero no menos importante, sería una explicación de divinidad. Supongo que podrías decir que es aún más raro que la bendición de maná, ya que la mayoría de la gente no tiene ninguna afinidad por eso. Se dice que divinidad es otorgada a los seres humanos por seres divinos, como dioses o hadas.
Tener un depósito de divinidad en uno mismo se considera una cosa rara, y la mayoría de las personas bendecidas con ella se encuentran trabajando para la iglesia.

Dependiendo de cómo la use, divinidad es conocida por permitir el uso de hechizos de curación y purificación que, en un nivel rudimentario, podrían usarse para curar enfermedades o purificar a los no-muertos. Los portadores de una mayor fuente de divinidad son capaces de purificar vastas extensiones de tierra corrupta.

Además, debido a su naturaleza como una habilidad otorgada por seres divinos, los pocos afortunados con divinidad en ellos se encuentran capaces de comunicarse con las hadas y los dioses. En algunos casos, incluso alcanzan posiciones sociales prominentes.

En este caso, si solo estuviéramos hablando de un individuo común y corriente, probablemente no tendrían ni un solo rastro de divinidad en ellos. Pero yo, por una razón u otra, tenía una pizca de divinidad en mí. Con eso dicho, una pizca es una pizca, por lo que las tareas más grandes me sobrepasaban.

Si la memoria no me falla, este fragmento de divinidad se originó a partir de un evento en mis días de juventud, donde decidí, por alguna razón, reparar un santuario ruinoso local. Es probable que los espíritus que habitaban ese santuario tuvieron bien en bendecirme, y eso fue todo.

Aunque había sido capaz de usar las artes divinas un poco desde entonces, todo lo que había logrado hacer era purificar el agua sucia para que fuera segura para beber, o limpiar una herida de sus infecciones. Cosas como cerrar heridas instantáneamente o purificar la tierra corrupta era, y sigue siendo, desafortunadamente más allá de mis capacidades.

Sin embargo, sigue siendo una habilidad de vida muy útil. Muy a menudo me encuentro agradeciendo a esa hada o espíritu desde el fondo de mi corazón.

Y eso concluye mi explicación de por qué fue difícil para mí continuar a mi capacidad como un aventurero con solo este tanto de aptitud y habilidad. Después de todo, las fuentes de maná y divinidad dentro de mí eran pequeñas, e incluso yo sabía que no estaba exactamente preparado para la aventura.

Tal vez valga la pena señalar que las personas con la capacidad de controlar y utilizar las tres habilidades eran muy raras. De hecho, no recuerdo haber encontrado a alguien como yo. Lamentablemente, dado que el factor importante no es la cantidad, sino el grado de aptitud y poder que uno tiene, también se podría decir que era extremadamente desafortunado.

La mayoría de las personas que aspiran a ser aventureros suelen tener una fuerte disposición innata a una de las tres habilidades—es decir, aproximadamente la mitad de ellas eran de esa manera. Alguien como yo, que no estaba ni aquí ni allá, era una extraña rareza. De hecho, personas como yo probablemente solo habrían elegido un trabajo normal, no combativo, y vivirían sus vidas completas de esa manera en relativa paz. Yo también debería haber hecho eso; al menos, eso es lo que diría en retrospectiva.

Una cosa me impidió hacer lo que debería, sin embargo: el hecho de que tenía un gran sueño.

Desde muy joven, lo había perseguido y seguí haciéndolo—convertirme en un aventurero de clase Mithril. No había forma de que pudiera rendirme después de todo este tiempo.

Pero como resultado de mi gran sueño, parecía haber terminado como un tipo de Esqueleto. Aunque no se puede decir mucho sobre eso en este momento, todavía no siento que deba rendirme.

Independientemente de mi apariencia actual, aparentemente no estaba completamente muerto. Si bien no tenía ni idea de por qué todavía estaba vivo para empezar, me sentí como si tuviera un final más afortunado, dado que mi cuerpo aún se movía.

Se dice que los humanos encontrarán la forma mientras tengan vida. Son capaces de lograr grandes hazañas precisamente porque viven. Fue con ese pensamiento en mi mente que continué viviendo.

Pensándolo bien, ser un Esqueleto no era del todo malo. Aunque era un gran problema en sí mismo, además de que no sabía si realmente estaba vivo, podía moverme y, por lo tanto, no estaba completamente indefenso. No había nada intrínsecamente incorrecto en pensar que podría continuar trabajando duro a partir de ahora, incluso en mi forma actual.

Solo para estar seguro, comprobé las habilidades que tenía cuando estaba "vivo" en algunas pruebas chicas. Maná, espíritu y divinidad parecían funcionales, aparentemente me habían seguido hasta la otra vida. Sentí que tenía más que suficiente para seguir con estas ventajas.

Por lo menos, podría decir que tenía bastante ventaja sobre un típico monstruo Esqueleto de este nivel, que definitivamente no tendría ninguna de esas habilidades. Probablemente podría luchar con estas—era más que suficiente.

También vale la pena señalar que, aunque mis aspiraciones de evolucionar en un Ghoul sonaban alarmantes, no tenía intenciones de comer carne humana. Lo estaba haciendo solo para obtener una forma más humana.

De cualquier manera, no recuerdo que los Ghouls requieran carne humana para su sustento. Si tuviera que hacerlo por instinto o por otras razones, cruzaría ese puente cuando llegara el momento.

Tal vez lo haría en secreto, o al menos encontraría alguna manera de saciar mi hambre; por ahora, no valía la pena pensar en ello. Más importante aún, era vital verificar el alcance de mi fuerza en combate y continuar mi tarea de evolucionar a un Ghoul.

Para lograrlo, tenía que vencer a los habitantes—más precisamente, monstruos—del laberinto en el que estaba actualmente. Justificar mis acciones al hacerlo era simple: la Evolución Existencial solo era desencadenada por monstruos que ganaban más experiencia y fuerza con el tiempo—al menos, así era la explicación típica sobre el asunto.

El mejor ejemplo de libro de texto de esto sería, irónicamente, un Dragón. Los Dragones, nacidos como juveniles y eventualmente madurando a lo largo de los años en un Dragón Antiguo, eran una buena ilustración. Sin embargo, los Dragones eran monstruos con una gran cantidad de capacidad latente y poder en primer lugar. En comparación con los Dragones, los Esqueletos simplemente se mantenían como Esqueletos, independientemente de cuánto tiempo hubiera pasado.

Los monstruos no-muertos estaban muy muertos, después de todo.
Incluso si tuvieran que pasar miles de años asentados en un lugar, simplemente existirían. Los números de monstruos no-muertos cada vez más fuertes simplemente existiendo en un lugar eran prácticamente desconocidos.

La lógica detrás de esto era simple: los huesos eran huesos. Una pila de huesos muertos no crecía.

Una vez más me encontré en una pérdida, pero no por mucho tiempo. Tenía que ganar experiencia; tenía que pelear.

Se decía que los monstruos absorbían la fuerza de vida de otros monstruos si caían en combate. Esto definitivamente era cierto, tanto para humanos como para monstruos, con la diferencia principal de que los humanos permanecen humanos sin importar cuánta fuerza absorbieron de los monstruos caídos. Si bien había muchos peleadores y aventureros fuertes y experimentados, todavía eran humanos por dentro.

Los monstruos, sin embargo, diferían de los humanos en este aspecto—después de obtener cierta cantidad de experiencia y fuerza absorbida, el típico monstruo evoluciona en una forma más fuerte a través del fenómeno de Evolución Existencial. Basado en eso, parece que mi camino ya estaba trazado para mí.

Por supuesto, el problema de si realmente era o no un monstruo para empezar todavía quedaba; aun así, podría averiguarlo fácilmente a través de un juicio por combate. Lo veía como un requisito previo que tenía que llevarse a cabo antes de la evolución.

Como tal, mi primera tarea era localizar y derrotar a un monstruo cercano.

En cuanto a los monstruos que incluso un simple Esqueleto podría derrotar... Slimes, Goblins y otros Esqueletos me vinieron a la mente. Afortunadamente, todos podían encontrarse dentro de este mismo laberinto. Aunque estaba actualmente en una sección inexplorada del Laberinto de la Luna Reflejada, recordé haber visto varios monstruos en el camino hasta aquí.

En primer lugar, había múltiples teorías sobre por qué los monstruos existían en los laberintos. Todas esas teorías, sin embargo, parecían estar de acuerdo en el hecho de que los monstruos reaparecían después de una cantidad determinada de tiempo una vez asesinados. El fenómeno, conocido coloquialmente como "re-pop", vería a los monstruos resucitarse a sí mismos en cualquier momento, en 30 minutos, días o incluso años. Se observó que los monstruos débiles en los laberintos, en particular, reaparecían en aproximadamente una hora.

Si bien no podía determinar con precisión cuánto tiempo había transcurrido desde que el Dragón me había comido, estaba seguro de que el tiempo requerido para que esos monstruos reaparecieran ya había pasado. Mi muerte, después de todo, no parecía un asunto de cinco o diez minutos. Aunque parecía una tontería pensar que mi reloj biológico tendría algún sentido, dado que en ese momento yo era un montón de huesos secos, todo lo que tenía que hacer era esperar si mi tiempo se había agotado.

Con eso en mente, emprendí el camino de regreso, habiendo considerado que esta era la forma más rápida de encontrar otro monstruo. Levantando mis huesudos pies, comencé a caminar, volviendo al camino desgastado con una serie de pasos pesados.

Sin embargo, al intentar moverme, descubrí que mi cuerpo era dolorosamente pesado—supuse que no podía luchar como lo haría estando con vida. Sin embargo, el hecho de que pudiera moverme de algún modo llenó mi corazón de alivio.

Aunque actualmente era el más débil en la jerarquía de monstruos general, todavía era considerablemente más rápido y más fuerte que un humano promedio. Solo podía esperar que de alguna manera funcionara, pero eso podría haber sido simplemente un optimismo infundado de mi parte.

En cuanto a mis armas, me encontraba todavía equipado con mi muy gastada espada de una mano y armadura de mi vida anterior, por lo que no parecía haber problemas en la sección de equipamiento. Todos los demás aspectos sobre mi potencial de combate, sin embargo, deberían probarse en terreno.

No pasó mucho tiempo para que me cruzara con otro monstruo, tomando aproximadamente, digamos, cinco minutos después de haber emprendido mi búsqueda. Mi oponente, para bien o para mal, era como yo, aunque sin ningún tipo de armamento o armadura—otro Esqueleto.

◆◇◆◇◆

Y así fue como me quedé mirando a mi adversario en los oscuros pasadizos del Laberinto de la Luna Reflejada. Mi oponente era un Esqueleto, justo como yo. Una pálida pila de huesos, unida por la mínima fuerza de vida requerida para moverse. No podía usar magia, no poseía una pizca de espíritu y apenas podía canalizar divinidad de algún tipo. Era, en todos los sentidos de la palabra, un Esqueleto normal.

Mientras preparaba mi espada, el Esqueleto opuesto miraba en mi dirección, como si afirmara mi presencia.

'¡Clack clack clack!'

Sus huesos chocaban entre sí, liberando un sonido terrible. Si no lo conociera mejor, pensaría que se estaba riendo de mí.

Esqueletos—

Había luchado contra ellos muchas, muchas veces en mi carrera como aventurero. Pero ahora, me encontré recientemente revuelto por su existencia, tal vez debido a mi nueva perspectiva.

Una vez que un ser vivo se ha convertido en un montón de huesos, definitivamente nunca más se recuperaría. Sin embargo, el Esqueleto antes que yo podía moverse a pesar de eso, como un continuo desafío a las leyes divinas de la vida y la muerte. Cuanto más lo miraba, más sentía que su existencia en sí misma era una burla de la naturaleza.

Se me ocurrió que probablemente otros seres humanos me verían de la misma manera. No importaba cómo lo hilara, me parecía imposible regresar a Maalt como lo estaba actualmente.

Una vez más recordé ese hecho, así que no pude evitar suspirar. Aunque, no tenía ningún órgano para respirar, y mucho menos pulmones. Habiéndome convertido en nada más que huesos, supongo que esto era obvio.

Sentí una nueva ola de sorpresa sobre mí ante esta revelación—el hecho de que ahora era algo completamente inhumano estaba profundamente arraigado en mi mente. Sin embargo, no había mucho que pudiera hacer al respecto. Así eran las cosas ahora.

Aunque sentía que ya había digerido los hechos de mi nuevo estado como un Esqueleto, parecería que muchas otras cosas sobre este desarrollo todavía me molestaban. En todo caso, me sentí más vacilante que nunca.

A pesar de eso, no tuve más remedio que seguir adelante. ¡Tenía que vencer a este otro Esqueleto antes que él a mí y evolucionar a un Ghoul a toda costa! Con eso en mente, puse mi columna vertebral a trabajar, y comencé a correr hacia el Esqueleto enemigo—

Al menos, eso era lo que quería hacer. La velocidad a la que avanzaba hacia el otro Esqueleto era, a falta de una palabra mejor, dolorosamente lenta. Supongo que uno podría definirlo como una especie de carrera; un trote, tal vez. Sin embargo, la velocidad a la que me estaba moviendo dejó mucho que desear—no parecía un ritmo adecuado para el combate.

Por lo menos, era más rápido que un miembro promedio de la gente de Maalt. Pero todavía era decididamente más lento que el aventurero común, incluso que los aventureros de bajo rango Hierro.

Parecería que mis habilidades físicas también se habían visto negativamente afectadas por mi muerte prematura. Era obvio, tal vez, si uno pensaba en ello:

Un Esqueleto no era más que un montón de huesos andantes. Como todos los seres vivos necesitaban músculos para moverse, era un milagro que los Esqueletos pudieran moverse—y era un hecho que no se movían particularmente bien.

Como para probar mi punto, la velocidad del Esqueleto opuesto también era dolorosamente lenta. Pensando en ello, todos los Esqueletos que conocí hasta este momento se movieron de manera similar. En todo caso, podría decirse que su lentitud los hizo la presa perfecta para aventureros de clase Bronce como yo. Posiblemente fue gracias a ellos que continué existiendo como aventurero por tanto tiempo.

Pero incluso si los Esqueletos fueran presa fácil para los aventureros de clase Bronce, yo también era un Esqueleto. Seguramente no iba a ser una pelea fácil; me di cuenta de esto en el momento en que levanté mi espada.

Aunque era obvio que mi manejo de la espada sería mucho más lento de lo que era en vida, no era como si de repente hubiera olvidado cómo balancear mi arma. Por lo menos, recordé firmemente lo básico. Fue con ese conocimiento que llegué a una conclusión simple: el único ataque rápido que tenía en mi repertorio en este momento era un simple giro descendente. Solo para estar seguro, decidí probar mi teoría. Los resultados, sin embargo, fueron extremadamente desalentadores.

Por un lado, fue difícil levantar mi espada. Esto fue muy probablemente debido a los cambios en mi musculatura, o la falta de ella. Aun así, fui acogido con más dificultades mientras hacía mi mejor esfuerzo para levantar mi arma. El peso combinado de la espada, junto con la fuerza requerida para invertir la dirección en la que había estado viajando, era considerablemente una sobrecarga.

Si mis observaciones sonaron ciertas, todo esto se debió a la falta de músculos. En otras palabras, todas las técnicas y movimientos que había aprendido hasta ahora no podían emplearse en esta situación.

Una vez más, se me ocurrió que esto era un hecho obvio. Después de todo, las técnicas que aprendí fueron utilizadas y enseñadas por los humanos. No habría habido una sola técnica o ataque diseñado para el físico de un Esqueleto en mente.

Aun así, me esforcé por encontrar una solución. Si simplemente me detuviera aquí y ahora, seguramente sería derrotado por el otro Esqueleto y moriría de nuevo. Tal vez, entonces, fue un golpe de suerte que mi primer oponente fuera un Esqueleto lento y simple.

Mientras estaba ocupado probando potenciales ataques con la espada, el oponente había ganado velocidad y corrió en mi dirección—hasta que se deslizó rápidamente. Como resultado de su desafortunada caída, el hueso de la pierna derecha de mi oponente aparentemente se había soltado. El Esqueleto estaba ahora sentado en el suelo en una posición algo incómoda, tratando desesperadamente de recuperar y volver a colocar su pierna desprendida.

No pude evitar reírme de la comedia oscura de este escenario. Al menos, quería reírme, pero los Esqueletos en general eran incapaces de producir ese sonido. Los únicos sonidos que un Esqueleto podía hacer eran sonidos de traqueteo, y eso era todo. Sin mucha elección, decidí emular el sonido que el Esqueleto opuesto había hecho cuando me vio por primera vez. Una miserable serie de chasquidos fue el resultado de mi intento de reír.

Como si estuviera enfurecido por mi risa huesuda, el Esqueleto enemigo metió su hueso desprendido de nuevo en su lugar, entonces se levantó y corrió hacia mí una vez más. Parecía que hablaba en serio acerca de atacarme esta vez.

No podía ver esto como algo bueno—definitivamente no lo era. Aunque los Esqueletos eran monstruos débiles, tenían suficiente velocidad y poder para matar a un hombre adulto—menos el típico aventurero, por supuesto. Dicho esto, incluso el aventurero más débil de la clase Hierro sufriría un daño severo como consecuencia de tal golpe.

Mientras estaba perdido en mis pensamientos, la carga del Esqueleto me golpeó directamente, y ahora ambos habíamos caído al suelo. Nerviosamente busqué la forma de contraatacar, convencido de que si simplemente me sentaba y no hacía nada, el otro Esqueleto seguramente me mataría. Pero aparentemente, eso no fue necesario.

La razón de eso era simple: el otro Esqueleto simplemente no intentó atacar. Esto fue quizás debido a una combinación de factores, incluido el hecho de que el impulso al que se estaba moviendo y el ángulo específico con el que sostenía mi espada habían hecho que mi arma quedara firmemente incrustada en su cráneo. Una ocurrencia verdaderamente casual.

Sin embargo, eso no era suficiente—el enemigo era un monstruo no-muerto, después de todo. En todo caso, el Esqueleto enemigo parecía más irritado por el hecho de que su campo de visión ahora estaba bloqueado por una espada que sobresalía de una de sus cuencas oculares. Este hecho, por el contrario de ser molestado por el hecho de que la espada en cuestión era un instrumento metálico afilado en su cráneo. También estaba lejos de estar muerto.

A juzgar por todo lo que había visto hasta ahora, era justo suponer que los Esqueletos no poseían mucho en el camino del intelecto o la lógica, a pesar de que tenían una forma un tanto humanoide. El Esqueleto que me había atacado era un buen ejemplo, ya que estaba completamente confundido por los desarrollos actuales, y aparentemente no podía decidir qué hacer.

Aprovechando esta oportunidad, agarré rápidamente el mango de mi espada, colocando toda la fuerza que pude sobre el arma. Pensé simplemente empujar la hoja, dado que había sido atravesada tan convenientemente en el cráneo del enemigo.

Sin embargo, me acordé del desafortunado hecho de que yo era un Esqueleto casi sin poder. Después de todo, el hueso era un material utilizado para fabricar armaduras, y era considerablemente duro. El cráneo del enemigo probablemente no se rompería con la poca fuerza que tenía. Incluso si traté de poner mi cuerpo en el ataque, no funcionaría, ya que no tenía mucho cuerpo para empezar.

Me encontré en una pérdida total.

De alguna manera tuve que canalizar más energía hacia la empuñadura de la hoja, sin importar el costo. Si esto continuaba así, probablemente estaría pegado como lucha en el barro contra este Esqueleto para siempre. Era muy indeseable que mi primera batalla se prolongara durante cientos de años.

Alejando mi mente de su sueño inútil, se me ocurrió que al menos debería intentar usar una de las habilidades que había adquirido en mi vida. Para todos los efectos, no era un Esqueleto normal, y debería explotar ese hecho al máximo.

Había estado demasiado atrapado en el asunto que yo era actualmente un Esqueleto, y había olvidado que había derrotado a muchos Esqueletos en mi vida anterior. De hecho, solía ser capaz de derrotar a los Esqueletos con nada más que la fuerza bruta. Incluso tenía maná, espíritu y divinidad a mi disposición.

Aunque los Esqueletos normales no lo sabían, sus movimientos también funcionaban con magia. Como resultado, los Esqueletos poseían una mayor medida de velocidad y poder que la persona promedio, de ahí su clasificación como un monstruo. Como yo ya no era un ser humano, se me ocurrió que debería usar mis nuevas capacidades como monstruo tanto como sea posible también.

Entre las tres habilidades disponibles para mí, espíritu era la que era la más adecuada para una aplicación de fuerza bruta—y como tal, la más adecuada para mi situación actual.

Después de haber arreglado mis pensamientos, comencé a enfocarme, rodeando mi cuerpo con energía espiritual. En medio de consideraciones de que había usado esta habilidad por última vez cuando era más que un montón de huesos, no tenía idea de si en realidad funcionaría. Pero tuve que probarlo de alguna manera. Si no funcionaba, tendría que confiar en la fuerza simple. Si lo hacía, por otro lado...

Era conocido en la vida por seguir adelante incluso si las cosas parecían sombrías. No tenía sentido simplemente rendirse ahora.

Mientras continuaba enfocándome, parecía que mi apuesta estaba dando resultado—con toda mi fuerza, empujé la empuñadura de la espada, empujé lentamente el arma a través de la cuenca del ojo del Esqueleto y eventualmente rompí su cráneo. Pero la fuerza del ataque no pareció detenerse allí—una serie de desagradables crujidos se propagaron por el cuerpo del Esqueleto enemigo, y todos a la vez, todos los huesos de su cuerpo se rompieron en mil pedazos pequeños.

Como una marioneta con sus hilos cortados, lo que solía ser el Esqueleto enemigo se derrumbó en una lluvia de fragmentos óseos, dispersándose por el suelo del laberinto. Hasta hace unos momentos, esos huesos habían sido conectados, y habían formado el cuerpo de un Esqueleto. Pero con la cabeza destrozada y la forma comprometida, el Esqueleto parecía haber perdido sus rasgos no-muertos, volviendo una vez más a una pila de huesos sin vida.

Gané. De algún modo.

Aunque fue una muestra torpe y completamente vergonzosa de una primera batalla, lo único que importaba era mi victoria.

Si bien no era tan ágil ni fuerte como lo era en vida, había logrado utilizar las habilidades disponibles para una victoria forzada. Tal vez no hice tan mal como pensé.

Con esa idea en mi cabeza, me recosté, mi mente de alguna manera se llenó con una sensación de alivio ambivalente.

◆◇◆◇◆

Pues bien. A pesar de que todo estaba bien y fue bueno haber derrotado a un compañero Esqueleto, ¿sería este un paso definitivo hacia mi evolución?

Buscando en medio de los huesos rotos de mi oponente, recogí lo que parecía ser un cristal mágico. Lo sostuve ante mí, como si esperara que ocurriera algún tipo de cambio. Desafortunadamente, sin embargo, no sucedió nada por el estilo, al menos, lo asumí. De repente, como para demostrar que estaba equivocado, una corriente de luz se levantó lentamente de los restos destrozados del Esqueleto, dirigiéndose gradualmente hacia mi cuerpo.

"¡¿Todavía está vivo?!"

Alarmado, rápidamente adopté una postura combativa, pero la corriente de luz no parecía hostil de ninguna manera. Sin embargo, ignoró mis intentos más valientes de esquivarla, eventualmente penetrando en mi cuerpo. Preparándome para algún tipo de impacto, medio esperaba que la luz me lastimara de alguna manera, pero no fue así. En cambio, me sentí lleno de fuerza.

A medida que lentamente comencé a absorber la luz, pude sentir la energía que había gastado en la lucha anterior regresar a mí. Curiosamente, incluso mis reservas de maná, espíritu y divinidad parecían aumentar, aunque solo sea por una pizca. ¿Era esta la tan proclamada Evolución Existencial por la que pasaron los monstruos?

Decidiendo averiguarlo, realicé una inspección minuciosa de mi cuerpo—aunque no tardó mucho en demostrarlo. Aunque definitivamente me sentía más fuerte, todavía era visualmente una pila de huesos andante, aún no el Ghoul en el que esperaba convertirme. En todo caso, mi apariencia en realidad no cambió en lo más mínimo.

Mientras que la falta de un espejo me impidió confirmarlo, las partes visibles de mi cuerpo, como mis brazos y piernas, seguían siendo pálidos huesos blancos. Mi cara probablemente no estaba en mejor estado. En ese caso...

"¡¿Entonces todo esto fue en vano?!"

Ese fue el primer pensamiento que se me pasó por la cabeza en este momento.

Pensando en ello con calma, me di cuenta de que la Evolución Existencial probablemente no era algo que sucedía de la noche a la mañana, especialmente no con la derrota de solo otro Esqueleto. Este era también el conocimiento que se obtuvo de mis lecturas de varios tomos sobre monstruos—numerosos libros parecían llegar a la misma conclusión.

Por ejemplo, si dicha evolución realmente ocurriera con la simple derrota de un monstruo por otro del mismo tipo, se convertirían instantáneamente en monstruos más fuertes y poderosos. A su vez, se expandirían efectivamente como el fuego incontrolado y harían del mundo un infierno para el resto de la humanidad. Aunque las tierras estaban pobladas de distintos tipos de monstruos, incluidos los que representaban amenazas creíbles para la humanidad, la mayoría de ellos eran monstruos que podían cazarse y desecharse sin peligro. Así fue como la humanidad logró vivir en relativa paz dentro de las ciudades y aldeas establecidas.

Como tal, esos mismos libros que había estado leyendo dedujeron que no muchos monstruos debían pasar por la Evolución Existencial regularmente. En pocas palabras, el proceso no era algo que sucedía fácil o rápidamente. Uno posiblemente necesitaría vencer a un gran número de enemigos primero, con algunos que tengan un mayor grado de fuerza o vivir durante un cierto tiempo antes de que ocurra.

En mi caso, acababa de convertirme en un monstruo, y había luchado para vencer a otro Esqueleto. La evolución no llamaría a mi puerta pronto—tal era una suposición razonable. En todo caso, debería estar agradecido por ser un poco más fuerte, especialmente si el aumento de fuerza y el ligero aumento de mis habilidades eran algo por lo que pasar.

Mientras que había entrenado durante días, semanas y meses sin muchos resultados en la vida, la gratificación instantánea de mi batalla anterior era mucho más preferible. Con la derrota de un solo enemigo, me hice un poco más fuerte.

Relativamente hablando, encontraría que las batallas serían más fáciles cuanto más combatiera—una deducción razonable, pensé. Por supuesto, no había ninguna garantía de que mis batallas darían lugar a la victoria todas y cada una de las veces. También tuve bastante suerte para ser mi primera pelea.

Bueno, supongo que finalmente me tocaría intentar derrotar a otros monstruos en el área. Al menos tenía que intentarlo.

Con ese pensamiento en mente, partí a los pasadizos del Laberinto de la Luna Reflejada una vez más.

◆◇◆◇◆

Como esperaba, mi hipótesis era correcta—me hacía un poco más fuerte con cada enemigo derrotado. Después de esa batalla inicial, encontré y rápidamente derroté a varios otros Esqueletos. Cada vez, esa luz extraña se levantaba de sus cuerpos, dirigiéndose dentro de mí.

Con cada luz absorbida, me sentía más fuerte y más rápido. No era solo una especie de ilusión mental; mis movimientos se habían vuelto marcadamente más rápidos y más fuertes. Incluso mis ataques de arte espiritual han aumentado su poder ofensivo. Mientras había luchado para empujar mi espada a través del cráneo del enemigo durante mi primer encuentro, ahora podía enviar los huesos de mi oponente a volar si ponía mi columna vertebral en ello, destrozándolos en el proceso.

Tal vez había llegado el momento de pasar a una presa más grande, como Slimes. Ciertamente me había vuelto lo suficientemente fuerte como para entretenerme con tales pensamientos.

Aunque los Slimes eran algo débiles, al igual que los monstruos Esqueletos básicos, las cualidades que no se debían subestimar eran sus formas indeterminadas y sus cuerpos gelatinosos. Debido a estos rasgos, los ataques físicos no funcionaban demasiado bien en ellos, por lo que la forma más fácil de vencer a los Slimes era atacarlos con hechizos de algún tipo.

Habiendo dicho eso, sin embargo, era inexacto decir que los Slimes eran invulnerables a todo menos a la magia; aún era muy posible vencerlos con ataques físicos.

Había dos maneras de hacer esto: una podría ser destruir el núcleo del Slime, que era un órgano cristalino en el interior de el. Si ese objeto fuera destruido, el Slime simplemente se disolvería y moriría, dejando solo cristales mágicos a su paso. Pero eso era mucho más fácil decirlo que hacerlo. El núcleo de un Slime no era estacionario, ya que a menudo se movía dentro de su cuerpo como de fluido. Se requieren ciertos grados de técnica y delicadeza para dañarlo con una espada o una lanza. Dichas habilidades se encontraban comúnmente en aventureros más allá del nivel medio de la clase Bronce. En ese sentido, yo era un aventurero de la clase Bronce baja, así que obviamente no podía hacer nada por el estilo.

El otro método era un poco desordenado, ya que uno simplemente podía dispersar las partes gelatinosas de la gelatina con impactos de fuerza bruta, eventualmente llegando al núcleo antes de que el Slime pudiera regenerarse, destruyéndolo. Como este era un método extremadamente simple, incluso yo era capaz de ejecutarlo. Sin embargo, requería una cierta cantidad de tiempo de ejecución.

La naturaleza gelatinosa de un Slime significaba que podía reformarse incluso si se dispersaba, comenzando con la pieza más grande. Para evitar que eso sucediera, tenía que aplicarse un golpe relativamente contundente o una serie de golpes rápidos. En mi caso, elegí un único y poderoso ataque reforzado de arte espiritual. Era todo lo que tenía.

Básicamente, solo podía cazar un Slime por día en mi vida anterior. Era increíblemente débil—

Bueno, era un aventurero de la clase baja Bronce, después de todo. Para empeorar las cosas, a menudo viajaba solo, en lugar de unirme a un party con otros.

Los Slimes eran simples monstruos que podían ser liquidados fácilmente incluso si el único miembro del party poseía algún pequeño grado de aptitud mágica. No era necesario ser un gran mago para acabar con los Slimes, ya que una sola bola de fuego o una flecha de tierra harían el truco. En todo caso, pocos aventureros optaron por utilizar el método ineficiente y lento que ahora me vi obligado a utilizar.

A cambio, podía cazar monstruos de niveles inferiores, como Esqueletos o Goblins, en números relativamente grandes. Esto resultó en ganancias respetables para un aventurero de clase baja Bronce como yo. Aunque en mi forma actual, incluso podría darle a mi archienemigo, el Slime, una buena pelea de proporciones.

Habiéndome acostumbrado por fin a mi cuerpo esquelético, podía aplicar golpes de fuerza considerable, incluso sin utilizar artes espirituales. Seguramente eso sería suficiente para dispersar el cuerpo gelatinoso de un Slime.

Era hora de darle una vuelta a mis nuevas habilidades. Partí hacia un área en el Laberinto de la Luna Reflejada que era bien conocida por estar habitada por mi archienemigo. Aunque ya había derrotado a uno en mi camino hacia los territorios inexplorados del laberinto, había pasado un tiempo significativo para que ocurriera un re-pop, según mis suposiciones. Por supuesto, era muy posible que otro aventurero pudiera haber llegado al Slime antes que yo.

Después de explorar laberintos por períodos de tiempo tan extensos, uno eventualmente desarrolla un sentido biológico del tiempo dentro de sus paredes, lo cual es útil para controlar el tiempo cuando se topografía. En laberintos muy poblados, el olor a sangre y metal a menudo llena el aire, además de las vibraciones causadas por el combate que se puede sentir en el piso y las paredes. En mi caso, había pasado la mayor parte del tiempo explorando este particular laberinto, y como tal, tenía una comprensión relativamente buena de su alcance de tiempo. Gracias a eso, incluso podía determinar qué áreas del laberinto experimentarían un alto tráfico de aventureros durante momentos específicos del día.

Como tal, determiné que no había aventureros conocidos por frecuentar este laberinto en este período de tiempo. Este no era el único laberinto alrededor de la ciudad de Maalt, después de todo. Había otro, más grande cerca, aparentemente llamado el Laberinto de la Luna Nueva.

Muchas partes de ese laberinto permanecen inexploradas, con múltiples áreas y pisos solo parcialmente trazados. Como resultado, la mayoría de los aventureros en Maalt se dirigieron hacia el Laberinto de la Luna Nueva. Aquellos que optaron por frecuentar el de la Luna Reflejada eran aventureros obstinados o solitarios que no pudieron encontrar un party para explorar las profundidades del de la Luna Nueva.

Para el registro, yo era del último grupo. Aunque en un principio quise explorar el Laberinto de la Luna Nueva, estaba poblado por una gran cantidad de monstruos, incluidos los que atacaban a los aventureros en manadas. Un aventurero de la clase baja Bronce que deambulaba por ese laberinto solo no sería mejor que una sentencia de muerte. Salvo las veces en que me invitaron en el último minuto para llenar un espacio en el party de otra persona, en gran medida prefería cazar en el Laberinto de la Luna Reflejada.

Pensando en ello, era una vida relativamente solitaria.

Había muchas razones por las cuales aventuré solo, pero la razón principal era simple: ningún otro aventurero quería estar en un party conmigo. Después de todo, me había quedado estancado como un clase baja Bronce durante aproximadamente diez años. Incluso los aventureros más desaforados subirían al nivel medio o superior de la clase Bronce en ese lapso de tiempo tan largo.

—Evidentemente ese no era el caso para mí.

Aun así, no estaba completamente aislado; de vez en cuando me invitaban a unirme a otros parties. Sin embargo, como quería convertirme en un aventurero de la clase Mithril con mi propia habilidad, la naturaleza de mi sueño me impidió unirme a los parties de otros aventureros con bastante frecuencia. Además, mi prolongado estancamiento en los rangos de aventureros aparentemente me había valido el nombre de "El clase Bronce de los Mil Años", y como resultado, hasta las ocasionales invitaciones a parties eventualmente habían cesado.

Era una historia triste, así que dejémosla estar por ahora. Más importante aún, todavía tenía que cazar un Slime por mí mismo.

Dejando de lado esos pensamientos, continué avanzando, y pronto fui acogido por la visión de un monstruo de gelatina casi transparente y de movimiento lento.

—Era inconfundiblemente un Slime.

Sacando mi espada, lentamente avancé con cautela hacia mi archienemigo, el mismo tipo de Slime que había buscado en los últimos diez años.

◆◇◆◇◆

No tardé en darme cuenta de que este Slime era ligeramente diferente de sus compañeros. Su cuerpo era claro y transparente—era obvio que reapareció no hace mucho tiempo.

Un Slime tan limpio como este era considerablemente raro. Tal vez valga la pena mencionar que los tonos de los Slimes a menudo se nublaban después de vivir por un tiempo, principalmente debido a que comían a otros monstruos o algún pequeño animal desafortunado ocasional. Atrapado en el cuerpo gelatinoso del Slime, su presa lentamente comenzará a disolverse, lo que resulta en una visión bastante desagradable. Los Slimes también succionaban cadáveres y otros cuerpos muertos con bastante frecuencia, y no era raro ver huesos y restos de monstruos medio digeridos suspendidos en el cuerpo de un Slime. Los nuevos aventureros que aún no estaban acostumbrados a ver las vísceras a menudo se encontraban vomitando.

Mientras que la visión de ratones muertos y similares era algo tolerable, los Slimes a veces absorbían los restos de monstruos humanoides como Goblins, o en algunos casos, incluso los cadáveres a medio digerir de aventureros que habían muerto explorando el laberinto. La mayoría de los aventureros perderían su apetito por la exploración después de tal visión, y si no, su estómago por completo. Por supuesto, aquellos que continuaron sintiéndose tan fácilmente disgustados no permanecieron como aventureros por mucho tiempo. Aunque incluso aquellos que siguieron presionando por el camino del aventurero aún seguían encontrando cadáveres medio digeridos repugnantes.

En mi caso, me sentí muy poco así, habiendo continuado como aventurero por más de diez años. La sabiduría común afirmaba que los aventureros necesitaban armarse de valor durante el primer año.

Alejando mi mente de otra línea de pensamiento, una vez más me di cuenta de la relativa claridad del Slime ante mí. Aunque actualmente soy un Esqueleto, y podría ser más aterrador para el hombre común en ciertas situaciones (más que un Slime en medio de digerir su comida, al menos), mis emociones eran todavía muy humanas.

No quería que nadie pensara que obtenía algún tipo de placer al destruir un Slime lleno de cadáveres. Pero este particular Slime estaba limpio, y demasiado que digamos. El fluido de un Slime recién generado como este era digno de una buena suma de dinero. Si uno de alguna manera recolectara sus fluidos con algún tipo de recipiente, podría venderse al gremio de aventureros o a un alquimista como un ingrediente importante y raro. Incluso los fluidos de un Slime impuro podrían hervirse y mezclarse con diversos ingredientes medicinales para crear pociones curativas básicas, por lo que no era un mal ingrediente de ninguna manera. Sin embargo, los fluidos de un Slime puro y limpio tenían muchos más usos y, como tales, podían venderse por sumas mucho mayores.

Aunque ahora era un Esqueleto, el cinturón de herramientas que tenía en vida todavía estaba unido a mi cintura. En dicho cinturón de herramientas había un contenedor que había preparado específicamente para esta situación, y rápidamente decidí que este era el curso de acción que tomaría después de derrotar al Slime.

Lentamente, y con movimientos considerablemente sospechosos, comencé a acercarme al Slime. Mientras lo hacía, el Slime, como si me notara, se estremeció intensamente, disparando lo que parecía ser una bola de agua en mi dirección.

Anticipándome a su ataque, lo esquivé limpiamente hacia un lado. La bola de agua que esquivé golpeó el suelo, comenzando instantáneamente a disolver la tierra. No pasó mucho tiempo para que un pequeño rastro de humo surgiera de la desafortunada mancha de suciedad.

Este era uno de los ataques característicos del Slime—Bombardeo Ácido. Como su nombre lo sugiere, el Slime produce una sustancia ácida dentro de su cuerpo y lo lanza como una forma de ataque de proyectiles a distancia. Lo que era lo suficientemente desafortunado como para ser golpeado por dicho ataque se disolvería.

Era un ataque simple, basado en ácido, y dependiendo de donde golpearan a la víctima, no causaría demasiado daño. Sin embargo, si atrapaba a uno en, por ejemplo, los ojos, la desafortunada víctima no escaparía ileso. Por lo menos, uno debería esforzarse por proteger su rostro en tal encuentro.

Aunque no perdería la visión de un simple ataque con ácido hasta la cara en mi forma actual, la estructura ósea de mi cráneo probablemente se disolvería, en cuyo caso simplemente moriría. Así que perder la vista no era el problema aquí. Se me ocurrió que tenía que evitar cada uno de los ataques del Slime, solo para estar seguro.

Vale la pena señalar que, si bien el ataque del Slime era considerablemente peligroso, el Slime en sí era marcadamente lento. Un Slime normal como este no era conocido por moverse rápido. Además, sus movimientos eran fácilmente predecibles; todo lo que tenía que hacer era ser lo suficientemente cuidadoso. Mientras uno esté alerta para la amenaza siempre presente del proyectil de Bombardeo Ácido de rápido movimiento, los Slimes no son monstruos temibles de ninguna manera.

En todo caso, el principal problema al que se enfrentaron los aventureros al intentar derrotar a un Slime era el de sus propias habilidades y capacidades.

Debido a mi estado actual como un Esqueleto y las energías absorbidas de los otros Esqueletos que había derrotado, era más fuerte que nunca. Por lo menos, ahora era capaz de hacer movimientos cercanos a mi velocidad original en vida. Probablemente no perdería ante un Slime, de todas las cosas.

Mientras continuaba avanzando, el Slime me indicó que dispararía otra ronda de ácido en mi dirección general. Esta vez, sin embargo, estaba preparado, levantando mi espada y aumentando mi velocidad con mis artes espirituales. Esprinté hacia el Slime, balanceé mi espada en un instante, golpeé su cuerpo y me retiré rápidamente antes de que pudiera terminar de disparar su ácido.

Aunque sentí que algo cedía cuando logré mi golpe, no había forma de que hubiera derrotado al instante al Slime. Con ese pensamiento en mente, me recuperé rápidamente, una vez más preparándome para otro golpe.

Pero esta vez, el Slime hizo algo inesperado. En lugar de seguir con un ataque, simplemente se detuvo, temblando en su lugar. De repente, dejó de moverse por completo, antes de disolverse rápidamente en un charco sin vida.

Este era un fenómeno comúnmente observado cuando los Slimes abrazaban la muerte—con la fuerza de la vida que soportaba su cuerpo gelatinoso desaparecido, volvían a un estado líquido, extendiéndose flojamente sobre el suelo del laberinto. En pocas palabras, el Slime que había golpeado con mi arma estaba muy muerto.

No pude evitar quedar sorprendido por este repentino giro de los acontecimientos. Fue más allá de la comprensión; después de todo, nunca había sido capaz de vencer a un Slime de un solo golpe cuando aún respiraba como un aventurero de clase baja Bronce. Aun así, la verdad ante mis ojos era innegable.

Debido a la naturaleza de mi ataque desesperado, no había podido confirmarlo, pero tal vez mi arma había golpeado el núcleo del Slime por un golpe de suerte. Entonces podría justificar por completo lo que acaba de suceder.

En todo caso, debería estar completamente preparado para no tener tanta suerte cuando me encuentre con mi segundo Slime. La precaución, en este caso, era una gran virtud.

Más importante aún, estaba la cuestión de la gelatina del Slime—el ingrediente alquímico que quería recolectar. Si los fluidos de un Slime tocaran el suelo, ya no serían utilizables como un ingrediente limpio, por lo que habría que prepararlos con un contenedor a mano en el momento oportuno.

Por supuesto, si uno intentara hacer esto con un Slime vivo, el contenedor simplemente rebotaría en su membrana. Afortunadamente, esta membrana se disolvía después de la muerte del Slime, y se sentía como apuñalar los brazos en un cubo de gelatina.

Recuperé un frasco contenedor de mi cinturón de herramientas y coloqué su boquilla en el cuerpo del Slime agonizante, llenándolo por completo. Aunque los Slimes disparaban fluidos ácidos fuertes en vida, como con Bombardeo Ácido, extrañamente no eran muy ácidos en muerte. De hecho, los aventureros que tenían la costumbre de meter las manos en los Slimes muertos descubrieron que sus manos a menudo terminaban limpias y rejuvenecidas. En ese sentido, mencionaría que los fluidos corporales de un Slime a menudo se usaban en los cosméticos femeninos. De hecho, el fluido de Slime limpio a menudo se usaba para este propósito, ya que aparentemente tenía algunas propiedades medicinales debido a su composición única.

Mientras que un ingrediente tan raro se puede utilizar fácilmente para crear niveles más altos de pociones de curación, la mayoría de ellos terminaban siendo utilizados para cosméticos. Se me ocurrió que la búsqueda de la belleza femenina era una empresa aparentemente infinita.

¿Era tan realmente necesario crear cosméticos a partir de partes de monstruos...?

Bueno, supongo que había alguna justificación para eso—se dice que los ingredientes basados en monstruos tienen efectos significativos en los humanos. Los impactos supuestamente van desde la inmortalidad, hasta revivir a los muertos, o incluso volver a un anciano en joven de nuevo... Tal vez esta fue una progresión natural en el gran esquema de las cosas.

Poniéndole fin a mi monólogo interno, me volví para mirar el contenedor, que ahora se había llenado con el cadáver que se desinflaba rápidamente. Lleno hasta el borde, lo deslicé lentamente del moco agonizante del Slime, teniendo cuidado de no derramar nada del precioso líquido.

"Bueno. Esto seguramente se venderá por una buena cantidad de oro".

Una suma justa, de hecho—tal vez incluso valga un buen número de días de trabajo.

Como ya mencioné, los Slimes limpios y claros valen su peso en oro—casi literalmente. Incluso para encontrarse con ese Slime, uno tendría que esperar una hora para que apareciera una vez más, además de no contaminar al Slime en combate con fuego o hechizos de tierra. De hecho, no había una forma fácil de juntar fluido no contaminado con magia, por eso fue que el Slime tenía que ser derrotado con fuerza bruta.

Por estas razones, se dice que es un ingrediente que solo era recolectado por aventureros que tenían extensiones adecuadas de resistencia y fuerza. De hecho, los aventureros que podrían derrotar a los Slimes de un solo golpe podrían esperar mayores recompensas. Para alguien como yo, sin embargo, probablemente tomaría hasta medio día lograrlo.

Dicho esto, no tenía medios para vender este ingrediente, y mucho menos utilizar los fondos para pagar cualquier tipo de posada o alojamiento. Desde ese ángulo, mis esfuerzos parecían algo inútiles.

Dejando esos pensamientos a un lado, una vez más decidí la evolución—tenía que convertirme en un Ghoul a toda costa.

Si pudiera evolucionar, podría caminar hasta la ciudad e incluso vender el raro ingrediente que acababa de recolectar.

En cuanto a los alojamientos... Bueno, aunque no estaba seguro de las opiniones de los posibles propietarios, las propiedades de alquiler no deberían ser tan difíciles de encontrar.

También necesitaba hablar con alguien sobre la situación en cuestión; alguien que simplemente no huiría al enterarse de que me había convertido en un monstruo de algún tipo. Con respecto a eso, sin embargo, solo tenía a una persona en mente.

A medida que mis pensamientos avanzaban sobre esa persona y cómo la conocí, decidí continuar desde mi lugar actual y buscar mi próximo objetivo.

◆◇◆◇◆

Fue después de derrotar al quinto Slime en ese día que comencé a tomar conciencia de los cambios en mi cuerpo. Aunque había buscado y combatido a muchos otros monstruos desde entonces, parecería que mi encuentro inicial con el Slime y su posterior derrota no fue una casualidad después de todo. Todos los Slimes que había encontrado después del primero perecieron de la misma manera.

Mi fuerza estaba excediendo rápidamente el punto en el que había estado cuando todavía vivía.

Cuando era un aventurero de la clase baja Bronce, no sentía ninguna sensación de progreso, no importaba cuánto tiempo entrenara. De hecho, no parecía progresar de ninguna manera. Pero ahora aquí estaba yo, cada vez más fuerte en muerte. No estaba muy seguro de si debería sentirme feliz o triste con respecto a este desarrollo, aunque era mucho mejor que estar simplemente estancado.

Aunque no sabía dónde me gustaría estancarme una vez más si continuara creciendo a este ritmo, aparté esos pensamientos de mi mente. En cambio, decidí hacer lo que pude en este momento—seguir luchando.

Después de luchar y derrotar a diez monstruos más, sentí una sensación extraña muy dentro de mí, una sensación casi extraña que no había sentido hasta este momento. De ninguna manera era una sensación desagradable. En todo caso, parecía más como si algo saliera de lo profundo de mi ser.

Sin embargo, al ser tan cauteloso como siempre lo hice, hice todo lo posible por resistirlo y soportarlo. En definitiva, mis esfuerzos fueron inútiles.

Un sonido lento y crepitante llenó todo mi cuerpo, y el sonido se hizo cada vez más fuerte a medida que mi cuerpo se sumergía en una cálida corriente de luz.

"¿Qué está pasando...?"

Ese fue el único pensamiento que mi mente procesó antes de que sucediera otra cosa inexplicable ante mis ojos—carne reseca y arrugada empezó a aparecer alrededor de los huesos blancos de mi cuerpo. Como para ocultar el crudo color blanco de mis huesos, la carne continuó desplazándose, antes de rodear mis huesos por completo.

Esto era demasiado—pude sentirlo. Mis deseos habían sido concedidos—

Esto era la Evolución Existencial.

Eso era lo que estaba sucediendo en este momento.

Continué mi monólogo interno mientras el fenómeno continuaba, extendiéndose lentamente al resto de mi cuerpo. La carne marrón, seca hasta el punto en que comencé a dudar si la humedad incluso existía en sus venas, comenzó a crecer y envolverse alrededor de mis brazos, piernas y todo lo demás que podía encontrar.

¡Aunque hasta ahora había sido un montón de huesos, finalmente había sido bendecido con carne...!

Después de un breve momento, el fenómeno se detuvo. Solo para estar seguro, decidí inspeccionar mi nueva falta de superficies óseas.

Como era de esperar, la carne estaba firmemente adherida a mis extremidades—extremidades que hasta entonces habían sido blancas y rígidas.

Sin embargo, la carne en cuestión estaba muy lejos de lo que solía ser cuando era humano. Para empezar, parecía sábanas extremadamente secas y delgadas de color marrón sobre lo que solía ser hueso blanco. Además, mi carne recién descubierta no hizo un trabajo muy completo de ocultar mis huesos en absoluto—trozos y piezas de color blanco se mostraron a través de la cubierta de color marrón.

Me sentí como un montón de huesos que tenía carne al azar atrapado en ellos. Si tuviera que salir del laberinto en esta forma, lobos, perros y demás seguramente me encontrarían como un delicioso aperitivo. Tal vez me comerían.

Mientras que mi cuerpo era así, la falta de un espejo, una vez más, me hizo suponer que mi cara era idéntica. Sin embargo, estaba familiarizado con un monstruo que se veía así. Trozos de carne seca pegados al hueso—nada menos que un Ghoul.

Ahora era inconfundiblemente un Ghoul, el objetivo inicial de mis objetivos evolutivos.

Si la memoria no me fallaba, los Ghouls se parecían a los humanos con su piel removida: con alguna carne desgarrada aún unida al hueso, con partes de este último mostrado a través de sus músculos. También se veían muy... secas.

En otras palabras, era absolutamente repugnante—pero, por supuesto, no había forma de que un cadáver seco pareciera atractivo. Yo era un monstruo no-muerto. También era obvio que a nadie le gustaría tal forma, y mucho menos aspirar a ser de alguna manera similar a ella. Sin embargo, para mí esto fue un gran paso adelante, aunque solo sea porque ahora había carne en mis huesos.

Después de haber experimentado la Evolución Existencial, ahora estaba consciente del hecho de que podría seguir trepando por la jerarquía proverbial de monstruos si continuaba trabajando duro. Ese era un hecho digno de celebrarse.

Los monstruos no-muertos, en particular, se veían cada vez más humanos cuanto más subían los escalones. Por ejemplo, si me convirtiera en un Vampiro, que era una existencia aún más alta que los Ghouls, sería básicamente indistinguible de un ser humano—en cuyo caso podría moverme por las calles de Maalt sin ningún problema.

En mi forma actual, lo mejor que podría manejar sería colarme a la ciudad—aún no podría caminar libremente. Sin embargo, estaba familiarizado con los guardias de la puerta de Maalt. Si jugara bien mis cartas, podría entrar y salir como me plazca.

Pero por supuesto. Aunque era principalmente carne seca, actualmente tenía un cuerpo, y como tal había una cosa importante que quería probar.

"...VAAAH... VAAAAH..."

Valientemente traté de canalizar aire por mi garganta para ver si podía hablar. Parecería que generar algún tipo de sonido, al menos, era posible.

"HE... HEEH... VVO... HEH... VO. OOD... MOV... NINV... GGGUH... HEH... VVO..."


...

No. Esto realmente no funcionará.

Aunque pude hablar, de ninguna manera era fluido—o muy coherente, en realidad. Supongo que algo de práctica es lo que sigue.

Por otro lado, prefería mucho este estado en comparación con el de un Esqueleto que no podía hablar y solo podía emitir sonidos ruidosos. Con esto, podría llegar a un entendimiento mutuo con cualquier ser humano que entrara en el laberinto... O eso esperaba.

Por supuesto, el requisito previo era que la persona con la que estuviera hablando no se mantuviera activamente aterrada por mí.

Mientras continuaba reflexionando sobre varias posibilidades, un sonido agudo de metal chocando interrumpió mis pensamientos. Parecía que alguien estaba involucrado en un combate con monstruos a una considerable cantidad de distancia, ya que era claramente el sonido producido por una espada que impactó contra una superficie dura.

Al igual que la mayoría de los monstruos que había derrotado hasta el momento, este piso no presentaba nada más que monstruos débiles, y mucho menos alguno que generase un sonido metálico. Solo por este hecho, uno podría inferir que el sonido irregular provenía de un aventurero—no había otra posibilidad.

Este sonido... ¡Un ser humano vivo estaba aquí! Mi corazón soltó un latido ante este pensamiento.

Hasta ahora, solo había vivido poco más de un día en este laberinto. La mayoría de eso, sin embargo, se gastó luchando contra monstruos solos durante toda la noche. Tenía sentido si uno pensaba en eso.

Hasta este momento, siempre había entrado en laberintos durante el día, volviendo a Maalt por la noche para comer. Sin embargo, antes de darme cuenta, me había convertido en un Esqueleto y no podía ver ningún signo de esperanza en mi futuro. Como tal, continué matando monstruos dentro del laberinto—tal vez era natural que extrañara la presencia de otros humanos.

Yo quería hablar con alguien, quien sea. Si un aventurero estaba presente, entonces que así sea.

Sin embargo, me recuperé rápidamente de mi emoción. Debido a mi apariencia, intentar hablar con un ser humano sería una tarea algo dura.

Aunque ya no era una pila de huesos andante, un Ghoul todavía era... un Ghoul. Si tuviera que acercarme a un aventurero con este cadáver seco de cuerpo mío, claramente estarían alarmados, preparando prontamente sus espadas para el combate; una conversación sería lo último en lo que pensarían.

Aunque el resultado del encuentro podría ser un poco diferente si fuera una especie de monstruo de tipo sensible e inteligente, actualmente soy un Ghoul. Mis perspectivas eran sombrías en ese sentido. Como tal, elegí distanciarme de la fuente del sonido y ocultarme, para no entrar en contacto con el aventurero en cuestión.

Sin embargo, la curiosidad sacó lo mejor de mí—¿sería realmente capaz de ignorar y alejarme de un ser humano cuando estaban tan cerca de mí?

—No. Me encontré incapaz de resistir.

Tal era el grado de mi aislamiento y soledad—quería ver a una persona, sin importar qué.

Y entonces hice mi elección, avanzando silenciosamente hacia la fuente del sonido. Si me descubrieran, simplemente escaparía.

Pensé que mirar desde las sombras probablemente sería aceptable. Entonces escondería mi presencia lo mejor posible, avanzando lo más silenciosamente que pudiera.

A medida que los sonidos se hicieron más fuertes, el latido de mi corazón siguió en tándem. Un poco más...

No estaba muy lejos ahora de otro ser humano. Poco a poco, llegué a mi destino, con los sonidos del combate continuando detrás de una esquina.

Manteniéndome cauteloso mientras me arrastraba por el camino, cuidadosamente eché un vistazo por la esquina, mirando más allá de los corredores del laberinto. Allí, como esperaba, había otro aventurero, con la espada desenvainada y en combate con los monstruos.