Autor: Main
Traducción y Edición al Inglés: Kaoto
Traducción y Edición al Español: BlackCyan

Capítulo 93: Comenzando la Batalla

“El plan es simple. El corredor que conecta con el lugar donde se encuentra el jefe. Corne y las Hadas romperán el bloqueo que se encuentra en el camino. Entonces pasaremos y haremos contacto con el jefe, lo vencemos y el trabajo está hecho”.

“Lo dijiste tan fácilmente... Bueno, eso es todo, supongo”.

Loren y Lapis habían llegado a la entrada del corredor que conducía a donde estaba el jefe, conducidos allí por Corne.

Por supuesto, habían dejado a Feuille al cuidado de las otras Hadas, por lo que no estaba allí.

“Bien. Será mejor que no dejes entrar a Feuille. Si se las arregla para entrar, dejaremos al jefe y correremos por él”.

Cuando Loren se aseguró de recordarles eso, Corne puso su puño sobre su pecho y dijo con confianza.

“Déjamelo a mí. En el peor de los casos, usaré el hechizo << Petrificación >> para detenerlo”.

“Puedes ser bastante violenta si quieres, eh...”

El hechizo que Corne había mencionado no era algo que se usaría para detener a alguien.

Era un hechizo que podía convertir un ser vivo en piedra, y si no se disipaba, la víctima sería una estatua de piedra para siempre, por lo que era un hechizo ofensivo.

Si Corne, que era un usuario de magia más poderoso que los Elfos, y en una posición alta entre las Hadas además de eso, usaba tal hechizo en Feuille, no había forma de que estuviera bien.

“Estoy seguro de que lo sabes, pero no lo mates, ¿de acuerdo?”

“¡Déjamelo a mí!”

Dijo Corne a la ligera, pero Loren no estaba seguro de cuánto podía confiar en las palabras de un Hada, por lo que todavía estaba preocupado.

“Dejando eso de lado, ¿estás completamente preparado Loren?”

Loren se miró a sí mismo.

No había nada especial que necesitara preparar.

La ropa que siempre usaba, botas y armadura de cuero.

El abrigo negro que se puso encima de todo ello, y su gran espada negra en la mano.

Ese era todo el equipamiento actual de Loren.

Tenía otras cosas que trajo consigo, pero todavía estaban húmedas o no lo ayudarían durante la batalla, así que las dejó con Feuille.

“Estoy bien”.

“Ya veo. Corne, si pudieras, por favor”.

“Entiendo. Aquí va”.

A sus órdenes, los poderes de todos los lanzadores de hechizos de la aldea se acumularon. Aparentemente.

Loren sintió algo en el aire, pero no había luces intermitentes ni explosiones, por lo que no podía sentir cuánto se había reunido.

‘Eso es prácticamente lo que es la magia Onii-san. Sin embargo, sentir presión a pesar de que no es un hechizo ofensivo ya es bastante increíble’.

Shayna le explicó, pero aun así no sonó familiar para Loren, por lo que Shayna suspiró y comenzó a sincronizar su vista con la de él.

Cuando lo hizo, aunque no pudo ver nada hasta entonces, comenzó a ver una distorsión alrededor de Corne, que se estaba concentrando con todas sus fuerzas.

La distorsión alcanzó una altura que incluso Loren tuvo que mirar hacia arriba, y a juzgar por su tamaño, pudo ver y comprender que algo poderoso se estaba acumulando a su alrededor.

“Ese es el maná acumulado”.

“Ahora veo. Esto es conveniente”.

‘Sin embargo, son los ojos y la vista de un Rey Sin Vida, así que no puedo vincularlos por mucho tiempo. Podría mostrarte cosas que podrían hacerte perder la cabeza lentamente’.

Después de decir eso, Shayna cortó el vínculo y la vista de Loren se normalizó nuevamente.

“Está bien, entonces, ¡aquí va!”

Algo salió del cuerpo de Corne.

Loren no sabía de qué se trataba, pero entendió que ella había desatado todo lo que había estado distorsionando el espacio a su alrededor que acababa de ver gracias a Shayna.

Voló hacia el corredor frente a ellos, y después de un tiempo, el aire con un hedor desagradable comenzó a filtrarse desde el otro lado, haciendo que Loren y Lapis se cubrieran la nariz con los brazos.

“El bloqueo está roto”.

Corne, que había estado revoloteando antes pero ahora apenas podía moverse, les dijo.

“¿Qué demonios es este olor?”

“Lo más probable es que provenga de donde está el jefe, pero...realmente no quiero acercarme a dónde viene esto”.

“¡E-Espera! Eso será preocupante”.

Ante las palabras preocupadas de Corne, Lapis se rió y le dijo que estaba bromeando.

“Bien Loren, después de ti”.

“Tú... Bueno, soy la línea del frente, así que supongo que debería ir primero...”

Como no se sabía qué los esperaba al final del corredor, no estaba la opción de dejar que una sacerdotisa fuera por delante de él, pero el hecho de que se le pidiera que lo hiciera tampoco se sentía bien.

Así que Loren se armó de valor, sabiendo que no pasaría nada si no actuaba, y entró al corredor con Lapis siguiéndolo.

Ahí también había musgo resplandeciente en las rocas y las paredes, para que pudieran ver sin problemas, pero con cada paso que daban, el hedor se hacía cada vez más fuerte.

Cuando Loren comenzó a pensar en querer regresar por el olor, el corredor terminó y llegaron a un área abierta.

“¿Es aquí donde está el jefe?”

Loren hizo una mueca ante el hedor que llenaba el lugar mientras miraba a su alrededor.

Pensó que descubriría de qué era el hedor ya que se estaba acercando al origen, pero, aunque deberían estar muy cerca, no pudo entender de qué se trataba.

Antes, a él y a sus compañeros mercenarios se les había ordenado ir a batallas consecutivas y no habían podido lavarse por un tiempo, y lo que olía ahora era como lo que olía de todos en ese entonces.

“El olor a sudor y suciedad y...la comida podrida, está todo mezclado”.

Lapis identificó el olor mientras cubría su boca y nariz con su mano, pero no parecía que descubrieran si Lapis tenía razón o si era algo completamente diferente a menos que investigaran.

Pero no tuvieron tiempo para hacerlo.

Fue Lapis quien se dio cuenta primero, como se esperaba.

Era en la parte más profunda del área abierta donde entraron, justo al lado de la pared del fondo.

Al principio, Lapis no podía entender lo que era.

Pero después de un tiempo, se dio cuenta de que podría ser algo en lo que alguien se había convertido, tiró de la manga de Loren ya que tenía una expresión de disgusto en su rostro.

“Loren, eso... ¿es eso lo que creo que es?”

Cuando Loren miró hacia donde estaba señalando Lapis, se quedó sin palabras por lo que vio.

Había una montaña de color piel.

Estaban en un área espaciosa con un techo bastante alto, pero lo que sea que existe en el mundo, esa era una cosa gigante que casi lo alcanzaba.

“¿Umm? Eso no es... No... De ninguna manera...”

Algo así como una masa gigante de color piel que estaba mojada con algo que probablemente era sudor.

La masa parecía estar separada en partes por algo así como arrugas, pero al ver que la mayor parte de ellas se estaba expandiendo y marchitando, pudieron ver que era algo vivo.

Pero a la pregunta de qué tipo de ser vivo era, Loren no tenía una respuesta.

Lo que parecía tan anormal estaba echando raíces junto a la pared.

“Parece que esa es la fuente del olor”.

Loren no tenía ganas de tocar la cosa que brillaba de una manera viscosa y parecía que alguien había vertido aceite en ella, así que se acercó con cara de asco y la golpeó con el pie.

Lapis entró en pánico e intentó detenerlo, pero ya era demasiado tarde, y la atención del gigante se volvió hacia Loren.

“¿Quién...eres tú...?”

“¿¡Habló!?”

Aunque no estaba seguro de dónde estaba hablando, lo escuchó hablar, y habló respondiendo a la acción de Loren.

Loren retrocedió lentamente de la masa gigante que hablaba, a pesar de que estaba hablando en frases rotas, y le preguntó a Lapis, que también estaba retrocediendo.

“Lapis, qué demonios es eso...”

“Vinimos aquí para encontrar al jefe de las Hadas, así que tienes una idea de lo que acabamos de encontrar, ¿cierto?”

No era como si no tuviera una vaga idea de lo que era.

Pero comprobando lo que le habían dicho contra la masa que tenía delante que comenzó a moverse, no quería creerlo.

“Me estás tomando el pelo... ¿Esta cosa es el jefe?”

De hecho, era natural pensar que era el jefe, ya que lo habían encontrado en el lugar donde les dijeron que residía el jefe.

Pero las Hadas que habían conocido hasta entonces eran niños y niñas del tamaño de una palma como Corne y no tenían ningún parentesco con el trozo de carne frente a ellos.



“¿¡Qué demonios!? ¿¡Por qué es este el jefe!?”

“No me preguntes”.

Solo había una cosa en la que Loren podía pensar.

“Comió demasiado y engordó...”

Loren y Lapis no tenían idea de cuán grande era originalmente el jefe, pero como era un Hada, era difícil pensar que era lo suficientemente alto como para que los dos lo miraran hacia arriba.

Así que, Loren concluyó que se convirtió en la cosa gigantesca frente a él debido a comer toda la comida que le robó a los Elfos.

“Pero esto es demasiado, ¿no te parece?”

“Es tan grande que ni siquiera puede moverse por sí mismo”.

“Tal vez no sea demasiado difícil matarlo, supongo”.

Loren había pensado que la tarea sería bastante difícil ya que había escuchado que el jefe era más poderoso que todas las Hadas de la aldea juntas, por lo que se sintió aliviado de que no sería tan difícil puesto que su oponente ni siquiera podía moverse, pero luego saltó inmediatamente de donde estaba parado.

Casi al mismo tiempo, unos rayos de fuego aterrizaron donde acababa de estar de pie, esparciendo llamas por todo el lugar.

“No parece que nos dé un momento fácil solo porque no puede moverse”.

El jefe de hecho no podía moverse por sí mismo.

Pero no poder moverse y no poder luchar eran dos cosas diferentes, y especialmente si pudieras usar magia, podías luchar si tenías conciencia.

“Parece que, si no empezamos a intentarlo, seremos nosotros a los que maten”.

Cuando Loren murmuró y agarró su gran espada con más fuerza, el trozo gigante de carne se estremeció, ya sea por estar nervioso de pelear o por la alegría de que la nueva presa estaba a la vista, ya que comenzó a dispersar su hedor de nuevo.

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