Traducción al Inglés: Lizz | Edición: Xemul
Traducción y Edición al Español: BlackCyan
Capítulo 158: De Llegar a Atacar
Al comparar la información que Loren obtuvo del bandido con el mapa de Lapis, descubrieron que el depósito de los bandidos estaba en una montaña. Les llevaría un día llegar a pie, pero podrían llegar en poco tiempo a caballo.
Queriendo ahorrar el mayor tiempo posible, el party decidió tomar prestados algunos caballos de la ciudad. Sin embargo, la ciudad no tenía suficientes caballos para todos, por lo que tuvieron que arreglárselas con un caballo rápido y un carruaje resistente.
“Será muy simple si los quemo a todos”.
Dijo Tizona desde el interior del carruaje que se sacudía peligrosamente. Loren estaba de acuerdo con ella, por lo que no tenía objeciones a eso.
Sin embargo, el costo de una conclusión simple sería mucho menos lucrativo. Como conseguir el botín también era su objetivo, deberían evitar las técnicas de quema tanto como fuera posible. De lo contrario, era muy probable que las mercancías se redujeran a cenizas junto con los bandidos y se volvieran inútiles.
“No puedo comerlos si se convierten en cenizas...”
“Sí, ¿puedes callarte?”
Cuando Gula estaba a punto de decir algo estúpido frente a Tizona, Loren usó su mano para bloquear su boca. Tizona los vio luchando entre ellos con la cabeza inclinada, mientras Lapis miraba hacia atrás desde el asiento del conductor con una expresión de reproche.
Necesitaban un cochero para conducir el carruaje, pero, por supuesto, la ciudad no permitiría que uno los acompañara en un asalto a un escondite de bandidos. Lapis no tuvo más remedio que aceptar el trabajo, pero parecía que ya se estaba arrepintiendo.
“Pareces divertirte...”
Lapis refunfuñó y Gula respondió con sinceridad:
“Sí, es inesperadamente divertido”.
Lapis, que no esperaba tal respuesta, se sorprendió tanto que perdió el control del carruaje por un momento, lo que hizo que se sacudiera violentamente. Gula encontró incluso eso divertido, y Loren tuvo que reconocer que era una especie de buena compañía de viajes.
Su carruaje llegó por fin a la cadena montañosa. A pesar de que era más lento que montar a caballo, todavía era mucho más rápido que caminar, ya que lograron llegar a su destino antes del atardecer.
Estacionaron el carruaje a cierta distancia del depósito. Loren se bajó y murmuró mientras miraba en dirección al depósito:
“¿No es este el momento adecuado para atacar?”
El sol se estaba poniendo, la luz estaba cambiando de color y pronto llegaría la oscuridad. Como dijo Loren, era el momento perfecto para un ataque. Podían moverse al amparo de la noche.
“¿Tenemos algún plan de ataque?”
Preguntó Lapis mientras ataba el carruaje a un árbol. Según la información que habían reunido, había alrededor de cien bandidos en este depósito. Ella pensó que era demasiado para cuatro personas, pero Tizona respondió sin tener en cuenta su preocupación:
“Voy a cargar desde el frente”.
“Eso es... Bueno, está bien, escuchémoslo todo primero”.
En cuanto a números, ellos estaban completamente abrumados y, sin embargo, ¿Tizona quería atacar de frente? Lapis quería quejarse, pero parecía que Tizona tenía un plan, por lo que Lapis decidió escucharla primero.
“Mientras hago un espectáculo para llamar su atención, ustedes se escabullen y provocan un desorden desde adentro. Si atacamos tanto desde el interior como desde el exterior, caerán sumidos en el caos, ¿no es así?”
El plan era inesperadamente decente, por lo que Lapis le dijo a Tizona:
“Realmente lo pensaste bien, ¿no?”
Tizona refunfuñó ante sus palabras con un poco de molestia. Lapis no dijo nada, pero le dijo claramente a través de una expresión facial: ‘Si no quieres que los demás piensen de ti así, deja de mencionar cosas sobre quemar en cada oportunidad posible’.
Luego miró a Loren en busca de su opinión:
“No está mal, ¿verdad? ¿Tienes algún problema con el plan...?”
“Solo que apestamos en lo que respecta a escabullirse”.
“Además, a diferencia de ustedes chicas, moriré si me enfrento a un grupo de bandidos solo”.
“¿Eh?”
Gula frunció el ceño a Loren como si le preguntara qué tipo de estupidez estaba diciendo.
Loren estaba expresando sus verdaderos pensamientos, pero desde el punto de vista de Gula, lo que dijo fue solo una broma incomprensible. Tizona parecía tener la misma opinión y lo miró con la misma expresión.
La verdad era que Loren creía que, si se enfrentaba solo al grupo de bandidos, tarde o temprano agotaría sus fuerzas y moriría. Incluso cuando interceptaron el ataque a la ciudad antes, pudo hacerlo porque pudo confiarle la espalda a Gula, quien, como Dios Maligno, era un ser que existía más allá del conocimiento común.
Pero la gente que lo rodeaba no parecía pensar eso. Sintiéndose preocupado por ser tan sobreestimado, Loren se aclaró la garganta:
“Bueno, si Tizona puede atraer su atención con su acto llamativo, estará bien, ¿supongo?”
“Muy bien. Y si nos equivocamos, simplemente tenemos que aplastarlos a todos”.
Lapis luego concluyó:
“Somos absolutamente horribles en cosas como el sigilo y la sutileza”.
Se miraron y, a excepción de Loren, todos se rieron casi al mismo tiempo, aunque la risa fue algo forzada. Se podría decir que todos se sentían cohibidos por las palabras de Lapis, y solo podían reír para disimularlo.
“Entonces, entraré desde el frente y haré un espectáculo”.
“Y nos desviaremos y nos escabulliremos lo más sigilosamente posible desde la parte trasera”.
Tizona chasqueó los dedos y se dirigió directamente a la entrada del depósito. Loren la vio irse, y luego trató de moverse lo más silenciosamente posible hacia la parte trasera del depósito.
“Oye, viene alguien”.
Poco después, una mujer pelirroja vestida de forma llamativa apareció frente al depósito de los bandidos.
El depósito era una estructura similar a un fuerte rodeada por vallas de madera, con dos bandidos custodiando la puerta. El guardia que notó a la mujer tomó su arco mientras se preguntaba por qué vendría sola. Observó al otro guardia levantar también su propio arco mientras preparaba una flecha en su arco.
“¿Un ataque de la ciudad?”
“Si es así, ¿no es extraño que esté sola?”
Incluso los guardias sabían que después de haberse salido con la suya con casi todas las aldeas de los alrededores, decidieron tocar un poco la ciudad fronteriza, pero habían fallado. Los supervivientes se apresuraron a regresar y les dijeron que sólo habían sido atacados por uno o dos oponentes, pero todos en el depósito sospecharon a medias de lo absurda que sonó esa historia.
La vista de una mujer caminando sin prisa hacia ellos sola era un vívido recordatorio de esa historia, pero la duda seguía dominando sus corazones.
“Lo que sea. Solo disparemos primero”.
“¡De acuerdo!”
Los guardias eligieron actuar antes que pensar y dispararon sus flechas hacia la mujer, quien aún no cambió su velocidad a pesar de saber que había sido descubierta. Eran bastante precisos para ser simples bandidos, y sus flechas siguieron una trayectoria recta para perforar a la mujer. Sonrieron, imaginando a la mujer teñida de sangre y colapsando en el suelo. Sin embargo, sus rostros se pusieron rígidos de inmediato.
La mujer no puso ninguna defensa ni esquivó las flechas, simplemente siguió caminando hacia adelante, pero las flechas estallaron repentina y violentamente en llamas antes de que pudieran alcanzarla y se convirtieron en cenizas, que luego fueron esparcidas por el viento.
“¿Ha?”
“¿Qué fue eso justo ahora?”
Exclamaron como idiotas. Lo que sucedió ante sus ojos fue tan incomprensible e increíble. Tizona simplemente se detuvo, les sonrió con atrevimiento y les hizo señas en un acto de provocación.
Sin paciencia alguna, la sangre de los guardias se le subió a la cabeza ante el gesto de Tizona, y gritaron:
“No sé lo que hizo, ¡pero se está burlando de nosotros!”
“¡Oigan chicos, vengan aquí y dispárenle!”
Otros bandidos llegaron ante sus gritos, lanzando flechas y disparando a Tizona uno tras otro. Una gran cantidad de flechas cayeron sobre la cabeza de Tizona, pero ninguna la tocó; todas fueron quemadas hasta convertirse en polvo en un abrir y cerrar de ojos.
Para cuando los bandidos se dieron cuenta de que sus ataques eran inútiles, ya habían disparado casi todas las flechas que tenían.
“¡¿Q-Qué demonios es esa mujer?!”
“Oye, pidamos refuerzos...”
Al darse cuenta de que sus flechas eran inútiles, decidieron pedir refuerzos, pero su decisión llegó un poco tarde. Al darse cuenta de que la lluvia de flechas se había detenido, Tizona cargó contra ellos.
Los bandidos se sorprendieron al ver a la mujer cargando contra ellos con las manos desnudas, pero todos tenían algo de experiencia en el combate real. Justo cuando soltaron sus arcos y recogieron sus espadas y hachas, uno de ellos fue envuelto repentinamente en llamas sin previo aviso. Se convirtió en cenizas justo en frente de sus ojos estupefactos, pero las cosas no terminaron ahí. Otro fue inmediatamente cubierto en llamas y quemado sin siquiera tiempo para gritar. Luego, otro se incendió.
La moral de los bandidos, que no había sido tan alta, se derrumbó.
“¡¿Qué demonios?! ¡¿Qué está pasando?!”
“¡No lo sé, pero esa mujer no es buena!”
“¡¿No es esto magia?!”
Gritaron mientras corrían hacia adentro y cerraron la puerta. Inconscientemente pensaron que ella no podría hacer nada si cerraban la puerta, pero para Tizona, las puertas de madera no eran diferentes a no haber puertas.
“¡Hagamos de esta quemazón algo un poco más llamativo!”
Mientras hablaba, Tizona cambió de << Incinerar >> a << Arder >>, levantó su mano y la bajó, y surgió una ola de llamas. Los bandidos ni siquiera se dieron cuenta de su ataque—fueron quemados junto con la puerta por el fuego rojo oscuro. Las llamas se extendieron hasta la cerca de madera que rodeaba el depósito y arrojaron una luz roja brillante en la oscuridad de la noche.
“Ha comenzado”.
Loren miró el fuego en el lado opuesto y murmuró.
Creyendo que era la señal para comenzar su ataque, Lapis comenzó a caminar hacia el depósito, pero Loren la agarró por los hombros para detenerla.
“¿No vamos a entrar?”
“Entremos por un lado. No todos fueron al frente”.
“Eso es cierto, pero... ¿No es lo mismo ir por un lado que ir desde atrás?”
“Bueno, es por eso que no vamos a entrar desde atrás”.
Loren respondió y tocó el hombro de Gula, que estaba observando la situación a su lado, y señaló la puerta en el sitio opuesto al que atacaba Tizona:
“Ve a comer y haz un gran lío”.
“¡Déjamelo a mí!”
Habiendo obtenido el permiso, Gula inmediatamente cargó contra la puerta sin darle tiempo a Lapis para detenerla. Los ojos de los guardias se agrandaron cuando ella saltó hacia ellos con demasiada energía, pero la parte superior de sus cuerpos desapareció inmediatamente como si fueran mordidos por una bestia gigantesca. La parte inferior de sus cuerpos también desapareció poco después, como si hubieran sido tragados por el suelo sobre el que habían caído.
Loren vio cómo la puerta era grandiosamente arrancada de donde estaba y golpeó la espalda de Lapis, que había estado mirando a Gula con la boca bien abierta:
“Con tanto alboroto, el flanco será bastante escaso. Vamos”.
“Esto solo se puede llamar una tragedia... No siento simpatía por ellos, pero aun así”.
Gula parecía no estar satisfecha con solo la puerta, por lo que comenzó a desmantelar las vallas. ¿Qué era mejor, morir quemado o ser devorado vivo? Lapis fue atrapada por tal pensamiento mientras veía el fuego ardiendo aún más alto y las vallas siendo arrancadas.
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Ser devorado por gula, no suena tan mal XD
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